Sexo en el ascensor Callao
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Vota en nuestra encuesta por la que creas que representa mejor a la ciudad. La escena transcurría en el Cuartel del Conde Duque y Eusebio Poncela y una niña contemplaban cómo la manguera del limpiador nocturno empapaba el vestido rojo de Carmen. Es una imagen poderosa e icónica , de esas que son capaces de inundar nuestras fantasías. El interior del apartamento era un plató, pero el exterior se rodó en plaza recogida, coqueta y queridísima de la capital.
Ay, Almodóvar. BOOM punto en boca. Entonces eres un malasañero de pro, amigo. Efectivamente, has adivinado: las de Madrid. La plaza de las Comendadoras , en Malasaña, o la explanada del Reina Sofía en la imagen son escenarios reconocibles en esta hermosa historia coral protagonizada por Óscar Jaenada, Ingrid Rubio y Nuria Gago , entre otros. Aunque los que estudiamos Periodismo reconoceremos sobre todo un escenario: la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense.
No nos digas que no lo reconoces. De nuevo, Madrid. Ésta transcurre en un Madrid turbio y oscuro a la vez que gélido la historia podría desarrollarse en Estocolmo, sin problemas. Pero aquí no exhibe las grandes postales de la ciudad, sino los barrios, los parquecitos, los recovecos , como ese rincón verde enfrente de la Almudena que apreciamos en la fotografía sobre estas líneas. Ahí es nada. Para NO imitar. También de la noche madrileña nos hablan muchas películas de Almodóvar. Respiramos y nos relajamos un momento después de tanto frenesí nocturno.
Rodada con los ahorros de Vermut, Encarceladas en la prisión madrileña de Ventas , en la cinta podemos reconocer la Plaza de Toros, donde se rodaron algunas escenas, y algunas calles de La Latina y sobre todo la carrera de San Francisco , donde se rodó el paso de una comitiva franquista.
Las bicicletas son para el verano es una de esas películas que queremos ver una y otra vez, especialmente cuando llegan las vacaciones, pese a que lo que nos narra es el fin del paraíso para su protagonista, Luisito Gabino Diego. Derrotado, es cierto, pero un Madrid sin artificios , verdadero en su miseria.
